martes, 23 de diciembre de 2014

Denuncias por violencia familiar

Este año hubo un 20% de denuncias por violencia familiar

Así lo revelaron estadísticas basadas en las denuncias presentadas en los Tribunales provinciales. En 2014 se radicaron 6.300 denuncias, la mayoría por agresiones a mujeres.

Las denuncias por violencia familiar aumentaron este año un 20 por ciento con relación al 2013. Hasta ayer se presentaron en promedio en los tribunales provinciales de Rosario 17 denuncias de violencia familiar por día.
Según las estadísticas judiciales se radicaron casi 6.300 presentaciones de víctimas de este flagelo que afecta a la sociedad rosarina. El año pasado la cifra fue de 5.200.
De acuerdo a lo informado hoy por LT3, la mayoría de las víctimas de la violencia en el seno de la familia son las mujeres y en menor medida los menores y los ancianos.
En los últimos cuatro años aumentó el 120 por ciento  la cantidad de denuncias por violencia familiar. Mientras tanto, los divorcios iniciados este año fueron casi un 10 por ciento menos que en 2013.
Cuando restan 3 días hábiles del 2014, son 1.930 los matrimonios que iniciaron el trámite para divorciarse. El año pasado habían sido 2.100.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Premiación Concurso Blog Jóvenes por la NO violencia contra las mujeres


Noticia Premiación Concejo Municipal

Nuestra escuela (San Martín de Porres Nº 3143) por tercera vez consecutiva, consiguió el segundo premio con nuestro blog Decile NO a la Violencia de Género.
Por primera vez el segundo lugar fue compartido, en este caso con la Escuela Jesús de Nazareth Nº 2046.
Queremos agradecer la oportunidad que nos brinda el Concejo Municipal y La Concejal Norma López de participar cada año y mostrar nuestro trabajo.
También queremos agradecer a todos los que colaboraron en el diseño y creación de este blog, docentes, directivos, compañeros. Muchas Gracias!!!
Y nos comprometemos a seguir difundiendo nuestro mensaje: Decile NO a la Violencia de Género.



Los Profes Belén, Nerina, Alejandro y Andrea

Michelle y María, las representantes




jueves, 13 de noviembre de 2014

Violencia contra la libertad reproductiva

La violencia contra la libertad reproductiva es aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
VIOLENCIA CONTRA LA LIBERTAD REPRODUCTIVA
LA MUJER TIENE DERECHO A DECIDIR LIBREMENTE
CUÁNDO TENER UN EMBARAZO, Y A MANTENERLO.
La mujer, tiene -entre otros- el derecho a la salud en general; es decir, sexual, protección del embarazo, a los que son específicos en el momento del parto, y un régimen de identificación para el recién nacido.  Además -en el caso de embarazo escolar- se establece un régimen especial de inasistencias a las instituciones educativas.

En este contexto, parte de la Ley 25.673 dice:

 ARTÍCULO I:
 Créase el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable en el ámbito del Ministerio de Salud.  

ARTÍCULO 2:
Serán objetivos de este programa:
a) Alcanzar para la población el nivel más elevado de salud sexual y procreación responsable con el fin de que pueda adoptar decisiones libres de discriminación, coacciones o violencia;
b) Disminuir la morbimortalidad materno-infantil;
c) Prevenir embarazos no deseados;
d) Promover la salud sexual de los adolescentes;
e) Contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, de HIV/SIDA y patologías genitales y mamarias;
g) Garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable;
g) Potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a la salud sexual y procreación responsable.

ARTÍCULO 3:
El programa está destinado a la población en general, sin discriminación alguna.
Existen otras leyes que sirven para ampliar  y complementar el tema de protección médico-sanitaria a la que la mujer tiene derecho acceder; y es muy importante que conozca, como lo son:
* Ley 25.543 Test Diagnóstico del Virus de Inmunodeficiencia Humana a Toda Mujer Embarazada.
* Ley 23.674 – Profilaxis de la Mujer Embarazada.
* Ley 24.540 –Régimen de Identificación de los Recién Nacidos.
RECIÉN NACIDO


EL RECIÉN NACIDO TIENE DERECHO A SER IDENTIFICADO

ANTES DEL CORTE DEL CORDÓN UMBILICAL.

* Ley 25.929 – Derechos de la Mujer en el Parto.
* Ley 25.273 – Creación de un Sistema de Inasistencias Justificadas por Razones de Gravidez.

NO respetar la libertad reproductiva también es VIOLENCIA

El Parlamento argentino acaba de aprobar una ley integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos de sus relaciones interpersonales.

De alcance nacional, contempla no sólo la violencia doméstica, sino la producida en el trabajo, los partidos políticos, los servicios de obstetricia y de salud reproductiva y en los medios de comunicación.
Define los lineamientos generales de un plan de acción que involucra a los tres poderes del Estado y prevé que se asignen partidas presupuestales para su cumplimiento.
Resultado del consenso entre once iniciativas de distintos sectores políticos, la ley de 45 artículos sancionada por unanimidad en el Senado y amplísima mayoría en Diputados, no crea nuevos tipos penales sino que define los principios y derechos exigibles como base para el desarrollo de políticas públicas destinadas a combatir y erradicar la violencia contra las mujeres.
Un aspecto novedoso -que le restó en Diputados los cinco votos de quienes entendieron que puede abrir una puerta a la despenalización del aborto- es la inclusión de la violencia que atente contra la libertad reproductiva, que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, “de conformidad con la Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable”.Otro igualmente original es el que refiere a la violencia mediática, definida como difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promuevan la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres.
Crea un Observatorio de la Violencia contra las Mujeres, destinado al monitoreo, recolección, registro y sistematización de los casos, otra de cuyas funciones es evaluar y controlar el cumplimiento de la propia ley y en el que participarán representantes de organizaciones de la sociedad civil.

No exige convivencia para la configuración de violencia doméstica, otorga inmunidad judicial a los denunciantes, establece la obligación de que las denuncias policiales sean remitidas dentro de las 24 horas a la autoridad judicial, faculta a jueces de cualquier fuero para disponer de medidas preventivas sin perjuicio de la posterior derivación de la causa y crea la figura de la“asistente protectora” concebida como acompañante que ayuda a la mujer en la presentación judicial y el reclamo de ayuda. Faculta a los jueces a comunicar el carácter de persona violenta a los lugares de trabajo del agresor y a obligarlo a asistir a programas “reflexivos, educativos o terapéuticos”.Prevé que las mujeres agredidas puedan reclamar a través de juicio civil un resarcimiento económico por el daño sufrido como consecuencia de la violencia y mandata a los ministerios competentes a hacer convenios con bancos para facilitar líneas crediticias a mujeres víctimas de violencia, incluir en los planes de formación docente la detección precoz del problema, eliminar de libros de texto estereotipos de género, elaborar protocolos de atención en salud, promover programas para la prevención de acoso sexual en empresas y sindicados y difundir mensajes y campañas preventivas. También se tienen que crear programas de “reeducación” para agresores.


LIBERTAD REPRODUCTIVA

Con un movimiento de mujeres organizado y fuerte, con un Consejo Nacional de la Mujer más empoderado que ahora, con un presupuesto adecuado, si se implementan los artículos de la reglamentación, esto producirá una revolución tan grande como la que está generando el matrimonio igualitario.
La ley integral de violencia contra las mujeres tiene aspectos novedosos, como el que se refiere a las violencias simbólicas, así como las violencias contra la libertad reproductiva y obstétrica. “Me preocupaba si en la reglamentación estaban o no las figuras nuevas. Y veo que se consagran. La violencia contra la libertad reproductiva, por ejemplo, está bien explicada, y se va a constituir en una herramienta importante para nosotras. Está bien definida, dice quiénes pueden incurrir en violaciones a esta ley, y no sólo incluye al personal de salud, sino también a los participantes que puedan estar vinculados con las mujeres por razones privadas, por afectos. Nadie puede obligarte a tener un hijo o a no tenerlo, a que tomes cuidados para regular tu fecundidad o no, porque hay esposos que les prohíben a las mujeres que se pongan un DIU”, opina Chiarotti, con la reglamentación en la mano.
A la hora de los derechos concretos, Chiarotti subraya “una parte muy buena que acusa de violar este artículo a los profesionales de la salud que no brindan el asesoramiento necesario o la provisión de todos los medios anticonceptivos, o los que se niegan a realizar prácticas lícitas, como el aborto legal”. El círculo cierra con la resolución sobre abortos no punibles. “Se abren muchas posibilidades. El tema es la implementación, cómo las vamos a implementar, cuánta fuerza hay para ponerlo en marcha. Se requiere mucho convencimiento, mucha fuerza de los sectores sociales”, desafía Chiarotti.




viernes, 7 de noviembre de 2014

Campaña contra la Violencia

Los casos de violencia en las relaciones de noviazgo son cada vez más recurrentes, por eso, los alumnos de 3er. y 5to. año de San Martín de Porres decidimos que no nos podemos quedar callados, queremos aportar nuestro granito de arena, informando a la comunidad, hablando del tema, luchando contra la violencia, haciéndola visible, denunciándola. Como parte de nuestra campaña contra la violencia de género, preparamos este vídeo con la colaboración de los profes de Lenguaje Artístico y Comunicación. Queremos hacerlo viral, abrirle los ojos a las adolescentes y mujeres de nuestra comunidad y hacerles saber que no están solas. Lo compartimos:




También diseñamos folletos informativos que repartimos en nuestra comunidad:




miércoles, 29 de octubre de 2014

Los celos en la pareja

Los celos naturales son los celos que causa el simple hecho de amar. Cuando uno ama, tiene miedo de perder el amor del otro. Es una condición natural. Lo importante es que estos celos sean controlados, apenas una pincelada de color en el cuadro de una pareja.
Hasta ahí los celos naturales. ¿Qué pasa cuando los celos se descontrolan?

Los celos enfermizos

A veces, una excesiva preocupación suele implicar una necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un pensamiento obsesivo y continuo.

El celado siente que la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado. Generalmente las actitudes cariñosas del celoso se van volviendo agresivas y el amor del celado se convierte en temor y hastío.

Lo más paradójico es que los temores del celoso patológico suelen ser infundados. Ve rivales y situaciones equívocas donde no las hay. Acusa al amado de mentiroso o desleal, incluso de infiel, cuando esto no es así.

Señales de que los celos son un problema grave en la pareja

Una de las señales de alarma sucede cuando las escenas o los planteos desmedidos de una de las dos partes se vuelven cotidianos sin depender de un hecho puntual.
  • Tu pareja empieza a controlar tus movimientos con llamados telefónicos reiterados para saber dónde estás y cuándo llegas. Incluso si ya has explicado con anticipación dónde estarás.
  • Hay cada vez más planteos acerca de tu relación con tus amigos y familiares. Tu pareja quiere que compartas menos tiempo con ellos para estar los dos solos.
  • Tu pareja comenta y critica tu manera de vestir y tus gustos. Especialmente aquellos que son diferentes de los suyos.
  • Si dejas la computadora abierta o el teléfono móvil sin guardar, tu pareja encuentra cualquier pretexto para revisar o mirar de cerca.
  • Tu pareja tiene celos de tus compañeros de trabajo, jefes y sospecha de cualquier reunión laboral que tengas.
  • La relación se ha resentido en los últimos tiempos porque resulta intolerable el nivel de celos en la pareja. Los celos son el tema principal de cada conversación y rato juntos.
El amor y la relación de pareja se basan, principalmente en el respeto y admiración mutuos. Cuando el celoso entra en esta espiral de celos patológicos, estas dos premisas se resienten. El celoso se siente traicionado e irrespetado. El celado también siente que le faltan el respeto y lo acusan en falso, se siente injuriado. 

Qué hacer frente a un problema de celos importante 

Lo primero que habría que hacer es detenerse y enfrentar el problema como adultos. Resolver este tema juntos o con un terapeuta es una excelente manera de fortalecer la relación y crecer como pareja. Es fundamental enriquecer la seguridad y autonomía de cada miembro de la pareja en relación al otro y, al mismo tiempo, entender que la confianza mutua no será traicionada porque el amor es un acto voluntario, no obligatorio. Es decir "Si está a mi lado es porque me ama". 

Tips para superar los celos 
  1. Tu pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna vez no es así, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no se posee.
  2. Todos somos celosos en un punto, pero no debes permitir que se descontrolen y te dominen. Los celos son un 90% de fantasía y temor.
  3. No dejes de vivir las cosas que te gustan por los celos de tu pareja. Siéntate y enfrenta el problema. Su derecho termina donde empieza el tuyo.
  4. Los celos enturbian la percepción y proporción real de las cosas.
  5. No generalices y catalogues a los demás. Tampoco a tu pareja. Cada persona es un universo diferente y no sigue las mismas pautas de comportamiento.
  6. Nunca conviertas la presunción en certeza. Todos tenemos intuiciones al conocer a otro. El tiempo y el compromiso mutuo permiten desestimarlas o confirmarlas.
  7. Confía en tu instinto cuando estás CON tu pareja. La distancia física a veces hace aparecer fantasmas que no existen. Mira dentro de sus ojos y siente.
  8. Evita pensamientos que te generen celos. Nunca pienses de dónde viene la experiencia sexual del otro. Todos tenemos un pasado. Lo importante es el AHORA y cómo sirve esa experiencia para gozar juntos.
  9. Acepta que tu pareja tiene su mundo propio, tal y como tú tienes el tuyo. Lo maravilloso es la intersección de ambos universos. Del Yo+Yo al Nosotros.

Violencia Obstétrica

                               Violencia Obstétrica. 




La violencia obstétrica es el maltrato que sufre una mujer embarazada; el ser juzgada, aterrorizada, vejada, lastimada física y emocionalmente, no ser respetada. Eso es violencia obstétrica.
La Organización Mundial de la Salud tiene una serie de recomendaciones para un parto respetado y, aunque se supone que todas las mujeres tenemos derecho a un parto respetado,  los partos violentos y deshumanizados son la realidad de millones de mujeres en todo el mundo.
La violencia obstétrica no es normal; no debe verse como normal el que los médicos o enfermeras griten, ridiculicen o ignoren las opiniones de la parturienta. Hay prácticas que se siguen llevando a cabo a pesar de que  han sido desaconsejadas; por ejemplo, la maniobra de Kristeller (empujar al bebé dentro del vientre para sacarlo), la episiotomía (cortar la región perianal para agrandar la apertura de la vagina), la maniobra de Hamilton (desprender del cuello uterino las membranas que rodean al bebé, utilizando los dedos).
Es necesario informarnos, conocer y exigir nuestros derechos. No permitamos que nos roben nuestro parto, un momento único y especial para madre e hijos.



Un caso sobre violencia obstretica
 Por Marta Dillon
Jesica tiene 26 años, ha vivido toda su vida en La Boca y al momento de parir, todavía no hace un mes, fue al hospital Argerich, donde la atendieron desde el primer momento de un embarazo que no había buscado pero empezó a desear desde el mismo momento en que decidió, conscientemente, que quería que llegara a término. Es una joven aguerrida, no sabe quedarse callada, no quiere quedarse callada porque es así, hablando, gritando si es necesario, como supo resistir, siendo todavía una niña, a la violencia que su papá ejercía sobre ella. Y no iba a quedarse callada justo en el momento en que su hijo empezaba dentro suyo esa danza conjunta que es el proceso de parto y nacimiento. Estaba ansiosa cuando llegó al hospital. Había tenido algunas complicaciones en el último tramo del embarazo, así que el hospital se había convertido en algo así como su segunda casa. Por eso no era miedo lo que sentía sino ganas de atravesar ese momento intransferible aunque tantas veces relatado en la familia, entre sus amigas. Los dolores de parto ya se hacían sentir, distintos de cualquier otro, soportables hasta el momento de llegar a la guardia, cada vez un poco más intensos, arrasadores como una marea que la obligaban a agacharse, a masajearse la cintura, a colgarse del cuello de su compañero, mucho más temeroso que ella, silencioso frente a sus gemidos, sin más que hacer que darle algunos mimos, ni más ni menos que lo que Jesica quería, lo que Jesica necesitaba.

Eso fue lo primero que le arrebataron.

Apenas la internaron la dejaron sola en un cuarto sin ventana. “Me dijeron que él no podía entrar porque había otros partos”: Jesica se quejó, a voz en cuello, en el intervalo entre contracciones. “Fue peor, me dijeron que si no me callaba no iba a poder parir, que mi novio no había ido a ningún curso preparto ¡y yo tampoco porque no había vacantes! ¿Y qué?, ¿Me iban a dejar afuera de mi parto?” A ella, no; a él, sí. Ella intentó “portarse bien”, tal como le habían pedido. Se sometió a los tactos reiterados que multiplicaban el dolor a medida que los residentes hacían sus prácticas y se maravillaban de que a pesar de la eclampsia estuviera llevando el trabajo de parto adelante sin mayores complicaciones. Cada vez que se abría la puerta venía alguien a quien no conocía, con alguien más. Cada vez que se abría la puerta, ella preguntaba cuándo iban a dejar entrar a su pareja. Nadie sabía, nadie contestaba, apenas sabían su nombre porque lo leían en la historia clínica. Fueron seis horas en total. Nadie que le tomara la mano, nadie que la tranquilizara, la masajeara, le diera algo de afecto. “Después, la partera fue re buena onda, pero esas horas eran interminables, mirando la pared, sin saber nada de mi familia, me trataron como si no existiera, como si yo fuera una concha que podían pasar y mirar y tocar, pero no me contestaban nada de lo que preguntaba, ¡mi cara no existía!”
Lo que Jesica sufrió se llama violencia obstétrica. Lo que hicieron las personas responsables de atenderla fue violar tres leyes vigentes: la 25.929, que protege los derechos de madres, padres y recién nacidos en el proceso de parto y nacimiento; la ley 26.061 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y la ley 26.529 que protege los derechos de los y las pacientes. ¿Y cuál es la sanción que reciben estos profesionales o practicantes? En principio, ninguna. ¿Quién podría denunciarlos? Jesica, una chica de 26 años que ahora está amamantando a su hijo Bruno, tarea que en parte curó esas heridas transitorias pero que no alcanzan para que se olvide de tanto maltrato. ¿Dónde podría hacerlo? Ella no lo sabe. No está muy claro todavía. De hecho, aun cuando la ley de protección integral contra la violencia hacia las mujeres tenga una serie de artículos específicos sobre violencia obstétrica y ésta se nombre explícitamente, todavía se están elaborando las sanciones para este tipo de violencia física –por los tactos innecesarios, por tomar a una persona sin su consentimiento como objeto de estudio aunque esto le provoque dolor– y simbólica –por la soledad a la que la sometieron en un momento tan delicado–. La abogada Perla Prigoshin, titular de Consavig, la comisión destinada a elaborar sanciones contra la violencia de género, asume que es una tarea que está pendiente. Para eso se creó la Consavo –comisión para la elaboración de sanciones sobre violencia obstétrica– que aún está en etapa de definiciones. Prigoshin, abogada feminista y mujer de acción por sobre todas las cosas, se remite a su propia experiencia: “Yo quisiera escuchar a los médicos para saber cómo justifican la rutina del parto que suele aplicarse en la mayoría de las instituciones. Sabemos, porque lo dice la OMS y nuestra propia ley, que la episiotomía no debería ser parte de la rutina, que acostar a las mujeres para parir es una forma de inmovilizarlas que complica el parto, que estar acompañadas es fundamental. Sin embargo, estas cosas tan sencillas no se cumplen y las mujeres que demandan son pocas porque todavía hay mucha desinformación. Yo tuve un primer parto acostada y un segundo en cuclillas mientras me querían aplicar todo el curso encima, diciéndome cómo tenía que respirar, cómo tenía que pujar como si en algún lugar las mujeres no lo supiéramos. Por eso lo que queremos desde la Consavig, en principio, es aplicar multas a los profesionales que no cumplan. Las prácticas que representan violencia obstétrica, por mucho que se vengan practicando, tienen que estar incluidas en el código de ética de los colegios médicos y de otros profesionales de salud, el mismo código de ética que se usa para sancionar a sus afiliados”.
Sol parió en Quilmes, en una clínica privada, en febrero. Tenía la ilusión de ser “la protagonista de mi parto”, de tomarse su tiempo, el tiempo que fuera para que su cuerpo sea el que hable. Paradójicamente, apenas tuvo tiempo para enunciar lo que quería. Separada de su pareja desde el primer momento, la atemorizaron de tal modo que sus ilusiones parecían caprichos frente a la posibilidad de que “algo malo” le pasara a ella o a su bebé. Llegó ansiosa a la internación, como la mayoría de las mujeres. La inmovilizaron, la conectaron al monitor fetal y en medio de una contracción sentenciaron que los latidos de su bebé estaban en zona de riesgo, que probablemente le faltara oxígeno. No le explicaron ninguna otra cosa, ni siquiera le proporcionaron oxígeno extra. A pesar de todo, ella resistió: “Siguiendo la indicación de la primera médica (que la atendió), empiezo a respirar tranquila y profundo y pregunto si siguen disminuyendo los latidos, a lo cual me responde que no, que los latidos se normalizaron; pregunto entonces si podemos evitar la cesárea, a lo cual la doctora (de guardia) me responde que no, cesárea. En minutos tenía cuatro personas encima, sacándome la ropa, pinchándome, afeitándome, yo lloraba, preguntaba por mi marido, y le pedía a la médica una y otra vez que quería entrar con mi marido al quirófano. A lo cual (la médica de guardia) me responde que no se puede. En simultáneo siento cómo se burlaban entre ellas de otra parturienta que ya aguardaba en sala de partos, ‘está descontroladísima’, comentan y en un momento oigo también cómo se burlaban de mí y mi requerimiento de que mi marido me acompañe (...)” El testimonio de Sol pudo leerse a principios de año en la Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA), donde su carta llegó como un pedido de ayuda para que lo que había sufrido no quede impune. “A todo esto mi marido regresa de hacer los trámites –sigue la carta de Sol–, nunca lo reúnen conmigo, lo dejan en la sala de espera, desde donde me siente llorar y nadie le explica qué está pasando, finalmente increpa a una de las médicas y le exige que le explique qué ocurre, a lo que le responden que van a realizar una cesárea, que espere ahí, que ya lo iban a llamar (lo cual nunca ocurrió). El trato durante la cesárea fue horrible, fui llorando, muerta de miedo, los médicos se manejaron como si yo no estuviera allí, como si estuvieran manipulando un objeto, charlaban entre ellos y sólo se dirigieron a mí para decirme que deje de llorar (...) En un momento, sin decir nada, todo el equipo se había retirado a asistir el otro parto y quedé sola con una enfermera, me pasaron a una camilla, y de allí me llevaron a un pasillo, donde estuve sola cerca de media hora calculo. En un momento pasó la enfermera y ante los gritos de la otra parturienta me comento ‘Viste y vos querías parto natural’, luego de un rato largo y cuando volvió a pasar la misma enfermera pregunté por mi hijo a quien todavía no había visto, ‘¿es una nena?’ pregunto, “no, un varón”, ‘no sé, ya lo van a traer’”.
Separada de su hijo, de su marido, del contacto humano esencial en el momento del parto y el nacimiento, Sol tuvo la voluntad de escribir un largo relato sobre su experiencia. Pero al momento de escribir a RIMA, no sabía dónde presentar ese relato. Ni siquiera estaba segura de que podría tener carácter de denuncia. “No sólo se violan los derechos de las madres y padres, también los de los niños y niñas que están naciendo. Separarlos y dejarlos en una cuna es una violencia innecesaria y que puede provocar complicaciones”, dice Perla Prigoshin, que elaboró un instructivo para presentar denuncias, más un modelo de carta que quienes sufrieron violencia obstétrica pueden presentar a la institución en la que fueron víctimas, con copia al Inadi y a la Defensoría del Pueblo de la localidad que corresponda. Este material está disponible en la página de la titular de la Consavig –perlaprigoshin.com.ar– y en los sitios de Facebook de la ONG Dando a Luz y la Asociación de Puericultoras Universitarias.
Lo cierto es que más allá de las denuncias que se puedan hacer, los y las estudiantes de medicina aprenden el proceso de parto con la mujer acostada, inmovilizada, con la recomendación de no comer ni beber y sujeta a suero y monitoreo como práctica de “prevención”. “Por eso es que nuestra intención –dice Prigoshin– es que el parto respetado, tal como lo concibe la OMS y como está consagrado en la ley argentina, se incluya dentro de la currícula desde el inicio de las carreras médicas y en la licenciatura obstétrica.” Sin embargo, aun cuando la ley de parto respetado ya lleva en vigencia nueve años, desde su sanción, en 2004, su aplicación es completamente despareja y en muchos casos nula.
Cualca - Violencia obstétrica




Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-8037-2013-05-26.html
http://mamikanguro.com/blog/hagamos-visible-lo-invisible-no-a-la-violencia-obstetrica/

Noviazgos Violentos

. Es preciso enseñar a chicos y chicas que no deben permitir malos tratos.

maltratoCuando no se respeta la igualdad de derechos entre varones y mujeres, muchas veces se pueden dar situaciones de violencia de relaciones de pareja. Y esto no sólo ocurre en parejas adultas. Las situaciones de violencia de las parejas muchas veces empiezan durante el noviazgo.
Un día un empujón, otro día un insulto, después una cachetada, burlas...
No hace falta esperar a que estén viviendo una relación afectiva para empezar a conversar sobre las relaciones de pareja y las formas de estar atentos a posibles manifestaciones de violencia y malos tratos:
Es importante enseñar a reconocer cuándo hay situaciones de violencia para poder alejarse de este tipo de vínculos.
Las conductas violentas muchas veces se justifican diciendo que son "juegos" o "muestras de cariño" o que "ahora los noviazgos son así". Esto puede confundirnos, desorientarnos y no permitirnos ver la gravedad del problema. Debemos trasmitir precisamente lo contrario: el amor es confianza y buen trato. Los celos excesivos en una pareja dañan y provocan violencia, Porque buscan controlar parte de la vida de la otra persona. Y esto no tiene nada que ver con demostrar amor.
Las relaciones violentas empiezan de a poco y suelen empeorar  y crecer en sus manifestaciones, aunque por momentos se atraviesen etapas mas tranquilas, de perdón y reconciliación. Debemos trasmitir que no deben permitir nunca el maltrato y que el pedido de disculpas no sirve se cambia la actitud.

SI TU PAREJA...
*Amenaza permanentemente con terminar la relación.
*Se burla de tu aspecto físico o de tus logros.
*Te acosa sexualmente.
*Te acaricia agresivamente, haciéndote daño.
*Critica y desconfía de tus amigas, amigos, compañeras y compañeros de trabajo o estudio, vecinas, vecinos y hasta puede llegar a prohibirte que mantengas relaciones con ellos.
*Te niega la posibilidad d iniciar o continuar tu pertenencia a grupos culturales, políticos o artísticos.
*Te obliga a peinarte, vestirte o maquillarte a su gusto.
*Controla cómo gastás tu dinero.
*Es grosero y vulgar para expresarse t utiliza. frases con un alto nivel de agresión verbal.
*Revisa y controla tus llamadas, mensajes de texto y correo electrónico.
*Te acusa de coquetear y/o mantener relaciones sexuales con otros.
*Pone a prueba tu amor por medio de trampas para ver si lo engañás, lo querés o le mentís.
*Conquetea con otras personas aún estando vos presente.
*Manipula las conversaciones hasta que te sentís cansada o impotente o asumís todas las culpas. 

Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Por otro lado muchas de las mujeres que son maltratadas durante el matrimonio vivieron violencia en el noviazgo.
En nuestro país el 76 por ciento de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja, han sufrido agresiones psicológicas, 15% han sido víctima de violencia física y 16 por ciento han vivido al menos una experiencia de ataque sexual. (Datos obtenidos de la encuesta realizada por el Instituto Mexicano de la Juventud).
Los estudios realizados indican:

- La edad en que son más vulnerables a la violencia es en la adolescencia.
- Es una situación que se mantiene en silencio porque la gran mayoría considera que son conductas normales, que no aumentarán y no se atreven a denunciar.
- Es más común que la ejerzan los hombres, sin embargo las mujeres también utilizan formas de control como la manipulación y el chantaje.
- Puede darse al poco tiempo de iniciar el noviazgo, después de algunos meses o años y seguramente continuará en caso de que lleguen a casarse.
- Esta situación se da en todos los estratos sociales aunque es mayor en las áreas urbanas.
- Una pareja violenta es muy probable que tenga antecedentes de violencia en su familia y su conducta no cambiará espontáneamente.
- Inicia con la violencia psicológica después se pasa a la física y luego a la sexual.

No te insulta o te golpea porque te ama


La violencia en una relación de pareja se refiere a toda acción u omisión que daña tanto física, emocional como sexualmente, con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona. Para ello se pueden utilizar distintas estrategias que van desde el ataque a su autoestima, los insultos, el chantaje, la manipulación sutil o los golpes.
Al principio algún comentario incómodo, un jaloneo o una bofetada pueden parecer como parte del juego entre los dos, pero luego puede tomar dimensiones tan grandes que incluso se llega a la hospitalización o la muerte.
La pareja no se da cuenta de la situación que está viviendo porque hay factores a su alrededor que les impiden ver el rumbo que lleva la relación; el estar enamorados no les permite pensar objetivamente por lo que no se dan cuenta que están ejerciendo violencia sobre su pareja o son víctimas de esta.
Cuando nos enamoramos idealizamos a nuestra pareja y nos creemos capaces de superar esa "mala racha", tolerarla e incluso perdonar "sus arrebatos", porque después de todo pensamos que si nos tratan o tratamos de cierta manera es por amor, sin embargo es preciso tener en cuenta que los novios no deben confundir maltrato y ofensas con amor e interés por la pareja.


Cómo se manifiesta la violencia en el noviazgo


Para saber si tu relación es violenta simplemente debes analizar cómo te sientes cuando estás a su lado; es decir te sientes libre de comentar o hacer cualquier cosa, o tienes que cuidarte de tus comentarios y comportamientos porque temes que en cualquier momento se enoje y se ponga agresivo(a).
Otra forma es analizar si en tu relación se encuentran ciertos comportamientos que normalmente se repiten, por ejemplo:
1ra etapa: Tu pareja se tensa constantemente, su tensión se acumula y crece tanto que insulta y reprocha.
2da etapa: Te agrede física y/o emocionalmente sin poder controlarse.
3ra etapa: Busca la reconciliación, dice arrepentirse, promete que va a cambiar y te llena de obsequios y se muestra muy complaciente.
Cuando este ciclo sucede más de una vez en la relación o la pareja tiene episodios de agresión que aparecen de la nada, se está ante un caso de violencia que debe ser detenido y atendido.

Actitudes violentas

Físicas.
  • Empujones.
  • Arañazos.
  • Puntapiés.
  • Bofetadas.
  • Puñetazos.
  • Mordeduras.
  • Estrangulamiento
  • Agresiones con armas.

Violencia emocional.


  • Insultos.
  • Gritos
  • Amenazas.
  • Intimidaciones.
  • Castigos.
  • Sometimiento.
  • Chantajes.


Violencia sexual

El tipo más frecuente de esta agresión es la llamada violación por confianza, sucede cuando la pareja es presionada a tener actividad sexual; luego de insinuaciones, chantajes y amenazas, finalmente la pareja logra que acepte sostener relaciones sexuales con ella, aún en contra de sus deseos.


SI TE PASÓ O TE PASA ALGO ASÍ..
ESTÁS VIVIENDO UN NOVIAZGO VIOLENTO

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Políticas de Género para Adolescentes


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Fuente: http://www.amor.com.mx/violencia_en_el_noviazgo.htm